La luna y el querer se acompasan.
Cualquier lugar recóndito puede servir de cuarto creciente.
Luego vendrá la plenitud de la luna llena y, después, el cuarto menguante.
Con la luna nueva, quizá un nuevo querer...
Cualquier lugar recóndito puede servir de cuarto creciente.
Luego vendrá la plenitud de la luna llena y, después, el cuarto menguante.
Con la luna nueva, quizá un nuevo querer...
1 comentario:
Vicky,
va de prueba pero aprvecho para decirte lo bonito que es este texto tuyo, con su simplicidad y con la maravillosa imagen nocturna.
Montse.
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