jueves, 30 de abril de 2009

Madeleine (de R. Cases)

No tenen res a veure amb qui esperes
aquells que veus passar a través del vidre.
T’asseus, inquieta, i demanes absenta
que et vesteixi una mica la soledat.
Hi ha dies que no goses alçar els ulls.
Fora al carrer, més ombra que certesa:
un món hostil que aguaita.
D’altres, fixes la mirada amb insolència
i vas traient d’un estoig per airejar
la pila de records que se’t barregen.
N’hi ha que suren dolços com la càlida
abraçada de l’aire que ens envolta;
d’altres, punyents, fan recular el desig
de recobrar el temps i de salvar-te.
No cal que giris el rostre amatent:
ningú no et durà un grapat de castanyes
aquesta nit glaçada de novembre...

miércoles, 29 de abril de 2009

Barbie

Creu que la terra tremola al seu pas.
Sabates mínimes d’agulla
li fan dibuixar la ziga-zaga del desequilibri:
no hi fa res, ella avança.
Corre adelerada cap a la caça...
Faldilla bombada i curta,
que es balanceja ignorant de tot.
Dona de vitrina, cervell buit,
brusa cenyida i escot d’horitzó.
Llueix bosseta menuda i llampant
i uns cabells tenyits i ben planxats
que –com els ulls- no són els seus.
Nina de drap, capa de maquillatge,
corre adelerada cap a la caça
i existeix només per la mirada de l’altre.
D’aquí a una estona, es mesurarà
amb altres nines de drap,
i així un dia, i un altre,
amb vestits mínims
i maquillatges extremats;
canviarà sovint el tall i el tint,
per no perdre oportunitat en la caça...
Fins que un dia, potser, en la imatge
que li torni un mirall crític i veraç
-si és que el troba-,
descobrirà que té un cos inútil,
del tot deshabitat.

viernes, 24 de abril de 2009

SOTA UN ARBRE

Contemplar un arbre des de la base mateixa
del seu tronc
és provar de mirar el món d’una altra manera.
És introduir-se en una pell receptiva i,
sota l’endevinat pessigolleig de les fulles,
sota el mapa no desplegat
de branques i branquillons
que es gronxen al vent,
seguir-los el camí, veure on ens duen,
abastar el cel nítid a través d’ells.
És fer l’exercici de copsar altres alès
de la realitat
i sentir la saba que,
escorça amunt,
ens navega a través dels dits.
És respirar fins i tot diferent,
més compassats, sense pressa,
i, en aquesta quietud contemplativa,
endevinar nous colors per al present,
noves perspectives i objectius.
I és comprendre, lúcidament,
que per tornar al lloc d’on venim
cal una vida.

miércoles, 22 de abril de 2009

SI EL MAR ME LO PERMITE

Me llamo Miguel y soy, bueno, fui pescador. Lo sigo siendo porque esta profesión imprime carácter como ninguna otra. Por siempre el olor del mar por siempre el verde-azul o azul-verde en mi mente, en mi pensamiento, en mí….impregnando mi vida.
Salgo de casa al alba y percibo en todas las fibras de mi ser, con sólo una mirada al infinito, si el día va a ser soleado….o turbio, o ventoso. Si las nubes se van a pasear, juguetonas, escondiendo a ratos el sol. También observo el mar en lontananza y me voy dando cuenta de su estado de ánimo. A medida que me acerco, él, soberano absoluto, me va a comunicar si hoy me va a permitir coger mi barca, Teresa, y salir a trabajar.
No, Miguel. Recuerda. Teresa está varada en la arena desde hace unos cuantos años, y tú sólo te acercas a la playa a pasear y a recordar. Sobre todo a recordar. Contemplo, acaricio con la mirada a Teresa. Compañera fiel, constante, resistente pese a su fragilidad. Aquí permanece, a mi lado. Nadie diría que contiene, recipiente blanco y transparente, los avatares de toda una vida. Hemos luchado juntos contra vientos sorpresivos, contra turbulencias profundas. Eso sí, la he cuidado como nadie. Cuando el mar no me ha dado su permiso para faenar, me he dedicado a calafatear sus pequeñas y grandes heridas. A reavivar sus magníficos colores. Su blanco luminoso y sus líneas verdes y anaranjadas.
Aquí están las redes que han pasado mil veces por mis manos. Las he remendado una y otra vez, dando rienda suelta a mis pensamientos. Sólo así, al ritmo de las olas, al ritmo de las manos, el alma se serena. Acoplando el vaivén, mente y espíritu descansan en la arena de la playa como el borde nacarado de la ola reciente.
Nunca, nunca he planeado mi vida.¿ Para qué?....Mi vida, siempre ha estado a merced del mar, de las nubes, del levante. De temporales y calmas que se han sucedido a lo largo de los años. En realidad como la vida de todos, aunque, vanidosos, estemos convencidos de lo contrario.
Mis amigos de siempre, los gatos portuarios, a los que he alimentado durante años y que sigo alimentando aunque estos ya sean los hijos de los hijos. Silenciosos compañeros que han adquirido un pelaje uniforme con el entorno, acorde con su alimentación. De color gris verdoso, semejante a los restos de pescado que engullen apresuradamente sin dejar de vigilar fieramente a sus vecinos. Me aman, lo sé….aunque permanezcan a una distancia expectante. A una distancia suficiente como para captar mis pensamientos, mis efluvios amistosos. Sabios como nadie, reconocen a través de vete a saber que telepáticas señales, mis momentos de paz y recogimiento. Intuyen mi llegada mucho antes de que aparezca y permanecen cual esfinges, cada uno en su pedestal, exhibiendo su majestad inalterable con la seguridad de ser atendidos sólo por el hecho de ser quienes son. Jamás se humillan, aceptan el fluir de la vida, lo que les depara el hecho de estar aquí y ahora. Si es día de pesca se come y si no es así, se duerme. Como yo, tienen por dueño al mar, y sólo si él lo permite la vida sigue su curso.
Es justo en este momento cuando el recuerdo de mi buen amigo Luís, me aparece vívido, doliente, agridulce. Luís, en equilibrio sobre una ola, o quizás suspendidos tú y tu barca de una nube, debes estar sonriendo como solías, socarronamente. Te fuiste un día, desafiando al gran soberano que con una fuerte brisa de levante, nos avisaba a todos de que aquel día las olas estaban predispuestas a engullir incluso a los mejores navegantes, por muy arrogantes y experimentados que estos fueran. Y tú lo eras amigo.
Poseer la mejor barca del puerto, el mejor Laúd de vela latina y llevar el audaz nombre de Atrevida, no pudieron salvar a Luís de naufragar en un oscuro temporal ahora hace ya ocho años.
Un día y otro día, y otro, acuden a mi pensamiento, sus palabras de fuego, su expresión determinada y tozuda, retando a los elementos. Su quehacer obstinado y preciso en plena faena, como un danzante que ha repetido una y otra vez la misma coreografía, semejaba una maquinaria bien engrasada, de una rara belleza, como si hubiera nacido sólo para eso. Sus manos fuertes y esbeltas, sujetaban las redes sin herirlas haciendo que se deslizaran con suavidad. Sus músculos en tensión atentos al palangre y dando órdenes precisas a su fiel ayudante Manuel. Vibraban en sus estertores dentro de las redes, congrios, atunes, doradas, merluzas y una inmensa variedad de pececillos plateados sin nombre, amén de moluscos, estrellas y caracolillos insignificantes. Arrebatada a las profundidades, la variada fauna pugnaba por escapar aturdida y sobresaltada. “Atrevida”, parecía zozobrar inclinándose peligrosamente. Las olas impertinentes la zarandeaban y en algunas ocasiones les daban a entender a los intrusos que se estaban apoderando de lo que no les pertenecía, saltando por encima de la embarcación y arrastrando todo lo que podían. Era entonces cuando Luís desplegaba toda su sabiduría de viejo pescador, manejando certeramente “la mística”, nombre de la vela sutil y elegante, consiguiendo alinearla y equilibrarla, rumbo al puerto. Como si nada hubiera pasado, sonreía con suficiencia y bromeaba con Manuel lanzándole pececillos y conchas que habían quedado arrinconados en el fondo de la barca.
Más tarde, en la lonja, exhibía su captura acompañando la subasta con aspavientos y bravuconadas de quien se siente por encima del bien y del mal.
Ay Luis! Que nuestro dueño y señor no perdona a los soberbios. Cada uno de tus regresos en los que le habías desafiado y te colgabas los laureles de vencedor, deberían provocar en él una amplia sonrisa bordeada de espuma burbujeante. No obstante, estés donde estés querido amigo, seguro que sigues plantándole cara. El mar, la mar….como madre posesiva, ha fagocitado tu energía pero seguro que jamás te hará bajar la cabeza.
Y aquí seguimos los más humildes, respetando el fluir cotidiano de las olas, acompasando nuestra vida al quehacer y los designios de quien permanece, para lo bueno y para lo malo, por encima de nuestros empeños.

domingo, 19 de abril de 2009

Cerebros de repuesto


Cada día al levantarme acudo a mi jardín, me acerco hasta el inmenso nogal que tengo plantado en el centro, abro una nuez, y me coloco su contenido dentro del cráneo. Por la noche tiro a la basura los restos de la nuez, antes de que comience su ciclo de putrefacción.
Jamás arrastro pensamientos pasados, porque mis circuitos neuronales se renuevan cada día. No sé lo que me deparará el mañana; ello dependerá del cerebro-nuez que me toque en suerte. Hay cerebros ennegrecidos que me producen pensamientos fúnebres, cerebros secos y descarnados, cerebros maduros, cerebros del país y cerebros de California,…
Gran parte de las noticias del periódico han dejado de interesarme; sólo me ocupo de las plantas, los árboles, las plagas,…

miércoles, 15 de abril de 2009

MOVIMENTS

Tal com la llum avança i penetra
tots els racons de la cambra,
així fa la por -o la pena- quan s’instal·la
als replecs de l’ànima;
i així fa també la joia
quan ens posseeix.


MINVES DE GENER

Minves que s’allarguen
com un bany en aigua
que no coneix la por,
com una besada intensa
que no troba el moment
d’arribar a la fi.

viernes, 10 de abril de 2009

Haikus

El mar azul turquesa
Atardecer, lejano
Un velero
----------------------
Gentes que van y vienen
Ensimismadas
No ven el mar

domingo, 5 de abril de 2009

EL BOLSO


El bolso es un apéndice anatómico del cuerpo humano, que neutro en su género tiene, sin duda, una apetencia por lo femenino; observemos si no el nombrecito,”mariconera” que se otorgó al artilugio que los hombres, allá por los años 70, empezaron a utilizar como un signo, creo recordar, de modernidad.

Los bolsos, a grandes rasgos, pueden ser en cuanto a su tamaño pequeños, medianos o grandes y su cavidad única o bien estar configurada por múltiples espacios separados entre sí, cerrados a su vez cada uno de ellos por una cremallera o simplemente separados por un repliegue de tela, en cuanto a la portabilidad los hay estáticos, que colgados del antebrazo, se mantienen pegados al cuerpo, rígidos como suelen ser sus propietarias, los hay dinámicos, en “bandolera” que podemos ver cruzados como cananas o semi abandonados en el hombro, dependiendo del estado anímico y /o del lugar por donde se transita y por último, para complicar más las cosas, de unos años a esta parte han aparecido las mochilitas.

Después de esta descripción parece lógico, que dada la gran cantidad de tipos de bolsos, se puede escoger el que mejor cubra nuestras necesidades y que al mismo tiempo sea práctico, pero esto es algo imposible, una de las características de los bolsos es que ninguno reúne las propiedades que pueden hacer de él el bolso perfecto y por ende convertirse en motivo de satisfacción para su dueña. Porque, ¿qué le pedimos a un bolso? Le pedimos capacidad para poner lo necesario, lo innecesario y lo por si acaso y además que encontremos lo que buscamos con rapidez, fácilmente. Y esto, justamente esto, es lo que malogra lo que podría llegar a ser una relación perfecta dada la intimidad física y anímica que se establece entre dicho artilugio y la propietaria.

Los bolsos pequeños son especiales para las amantes de lo minimal, pero la paciencia debe ser un requisito indispensable para estas usuarias. He visto filigranas para poder colocar en él todos los elementos que cabrían en un bolso de tamaño mediano o grande, sin embargo, el problema no reside en esta primera fase, el problema surge por ejemplo cuando al subir al autobús debes pagar el billete y mientras el dedo se pelea por llegar a la parte inferior del bolso donde poder hacer palanca para que salga el billetero, sientes en la espalda la presión de diez ojos que taladran y ves los movimientos impacientes del conductor. y por la noche...... cuando llegas a casa del cine, estás en el portal, te ha parecido ver una sombra extraña y las llaves están debajo de la agenda, de las gafas de sol y del billetero? Horrible, mejor un bolso con muchos departamentos bien delimitados para poner las cosas ordenadamente. Ésta parece la solución ideal ¿verdad?, pues no, o cuando menos no para todas, sólo para aquellas mujeres súper ordenadas que siempre saben donde ponen las cosas y que además siempre las colocan en el mismo sitio, de lo contrario la escena se repite, pero esta vez abriendo y cerrando cremalleras; si se buscan las llaves en el compartimiento lateral izquierdo y no las encuentras vas al derecho, luego al posterior, al anterior y por último al central, con el peligro de que con las prisas se pellizque el forro del bolso y en un ataque de desesperación decidir vaciarlo para, finalmente, ver que están ahí, mirándote, justo detrás del monedero. ¿Y qué decir cuando suena el móvil en uno de estos bolsos “multi camarales”? es una de las peores experiencias que se pueden tener, empieza a sonar la musiquita y con mano segura vas al departamento que ya han diseñado especialmente para móviles, pero no, no está ahí, buscas en el de al lado, y el ta ra ra sigue sonando, sonando, eres consciente de que el tiempo se acaba, que en segundos saltará el contestador y cuando al fin vencedora logras asir el móvil se hace el silencio, qué frustración, qué sentimiento de ridículo, una vez más el bolso ha ganado la partida.

El bolso saco, el bolso saco de éste mejor no hablar, al ser el de mayor tamaño cabe absolutamente todo y cuando digo todo digo todo, las gafas de sol y de leer, la agenda, el billetero, el monedero, el móvil, las llaves, la cámara fotográfica, la libreta, el libro y un largo etc que queda cubierto por la trampa mortal del por si acaso......(lo necesito), se imaginan buscar algo por ahí dentro y encontrarlo con prontitud? Este bolso solo es recomendable para aquellas mujeres que dispongan de todo el tiempo del mundo para dedicarlo a la busca y captura de enseres o bien con tal grado de paciencia que puedan resistir la tentación en un momento dado de vaciar su contenido en el primer contenedor que encuentren.

Sin embargo y a pesar de todos los inconvenientes me encantan los bolsos!!!!!!!

sábado, 4 de abril de 2009

Una sonrisa cibernética


Desde hace ya algunos días, una carita sonriente me persigue allá donde voy. Todo empezó estando yo en el ordenador, un día de esos en los que el aburrimiento te hace pasar de una cosa a la otra, sin ton ni son, y en los que el ratón saca humo de tanto baile. En un extremo de la pantalla apareció esa carita a la que en principio no presté demasiada atención, cosas de la publicidad, vete a saber que te quieren vender con ese reclamo.
El dedo escoba que todo lo barre, ya por pura inercia, apretaba el botoncito de hacer desaparecer estorbos y dale que dale, la carita sonriente se empeñaba en acompañarme. Yo que soy de naturaleza pacífica, finalmente, le di cabida en mi vida. En fin, que fue el inicio de una gran amistad u obsesión, se mire como se mire.
El caso es que se fijó en mi mente de tal manera, que la veía en todas partes y a cada momento. Ahí estaba en mis noches de insomnio, también aparecía en los momentos más inesperados, yendo al trabajo, en el metro, en la panadería. Sin saber porqué, a mi alrededor todo eran caritas sonrientes. Andando por la calle, el otro día, me encuentro una familia de color chocolate y vestidos multicolores. Pues todos, todos, lucían la carita sonriente de dientes blanquísimos.
Perpleja y un poco abochornada, aceleré el paso hacía mi casa. Necesitaba recapacitar. Mientras esperaba que cambiara el color del semáforo, miré distraídamente hacia un aparador de una tienda de regalos. Caramba! Otra carita sonriente, me acerqué un poco más…. pero si soy yo!!!!!

jueves, 2 de abril de 2009

SONET DE TRAMUNTANA

A l’extrem costaner i en terra empordanesa
a recer del Pení, davant dels Bufadors,
habitat per onades i per vents sonors,
un poble encalcinat d’encalmada bellesa.

Quan arriba el bon temps, el groc de les mimoses.
Paisatge pinzellat tot l’any per oliveres,
ginestes que guarneixen turons i dreceres,
unint el Cap de Creus a l’Almadrava i Roses.

Cadaqués bat al mig, amagat i silent;
mariners, traginers n’han fet un confident;
la parla diferent sona molt més senzilla.

Artistes, gent de pas, filòsofs, pensadors
gesten en el teu sí projectes i fervors...
Cadaqués, fada blava, deessa i pubilla.

miércoles, 1 de abril de 2009

Quería ser romero

Un tiempo hubo,
Cuando soñaba a León Felipe,
que quise ser romero.

Imaginé caminos siempre nuevos
Que ante mí abrían infinitos de futuro,
Apenas exploradas vías lácteas,
Constelaciones perdidas en el cosmos,
Mares multicolores esperaban mi barca.

Quería ser romero.

Habitaría todas y cada una de las ciudades de la tierra,
La latitud extensa del desierto sería mi frontera,
Mi música, la risa de los niños, el romper de las olas;
La luz de una mirada y el susurrar del viento, la palabra.

Quería ser romero

Una tela de araña atrapó miembros, sueños,
Encorsetó ilusiones, envolvió libertades,
Cerró caminos, pero dejó rendijas en puertas y ventanas
Y por ellas me llegan la risa de los niños, el romper de las olas,
La luz de una mirada, el susurrar del viento.

Quería ser romero.

Es Cucurucuc de Cadaqués


Així queden el mar i el cel de Cadaqués després d'unes hores de pluja...