miércoles, 8 de junio de 2011

Adaptación a la ciudad

Los pájaros construyen nidos de cristal
con restos de botellas
que encuentran cerca de los contenedores de vidrio.
Los árboles disponen de un anillo de tierra,
no profundizan mucho,
pues la savia se vuelve rancia si las raíces perforan tuberías de gas.
Las palomas llevan mensajes
que dejan caer sobre los transeúntes, quienes responden en varios idiomas.
Las hormigas se agolpan en los muros de las obras nuevas
buscando emparedados de otros siglos
y salen al exterior por las bañeras recién hechas.
Los perros usan dueños con paraguas los días de lluvia;
los gatos mantienen largas conversaciones amorosas
desde ventanas enrejadas de patios interiores.
Nadie quiere volver al bosque, prefieren la naturaleza urbanizada
a pesar de que en la ciudad están autorizados los perdigones,
hay pisadas enemigas y un invento fatal, la rueda.
En la calle caminan descalzos sobre el asfalto,
los que tienen alas se alinean en los tendidos eléctricos;
batallan contra los elementos, pero en las noches frías hay muchas bajas.
Cada mañana el barrendero retira en silencio los muertos.