
No se habían disipado todavía las brumas del amanecer, un tímido sol a penas se desperezaba y lentamente empezaba a perfilar el paisaje. En la tenue línea del horizonte, un pequeño velero parecía suspendido en la nada, dudando entre dos realidades. La sintonía del momento me hizo sonreír, así se sentía mi alma.
1 comentario:
eres genial, tendrías que publicar todo ésto.
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